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¿Es la posedición el fin del mundo?

La posedición se está convirtiendo en una tarea lingüística cada vez más demandada por parte de nuestros clientes debido a las exigencias de la globalización del mercado. La búsqueda de internacionalización por parte de los mercados nacionales está aumentando, lo que supone que el volumen de palabras a traducir y los idiomas de destino aumenta; como consecuencia, los clientes buscan la reducción de costes… ¡Así es el mercado!

Pero, este hecho no significa que «todo vale» en la posedición. Gracias a mi última sesión formativa de la mano de Rocío Serrano Rudilla —más conocida en la red por su blog Azote ortográfico — dentro del ciclo de webinarios «El futuro ya está aquí» organizado por Asetrad, he tenido la suerte de averiguar más sobre lo que es la posedición y lo que significa tanto para el traductor como para el cliente.

QUÉ ES LA POSEDICIÓN Y CÓMO SE HACE

La posedición se define como la intervención humana de un texto traducido automáticamente. En ningún momento se trata de retraducir, sino que se debe entender como una mejora. El poseditor (en este caso, el traductor) corrige y mejora el texto generado automáticamente por el traductor automático. El esfuerzo invertido va a depender de la calidad del resultado en bruto, de las directrices del cliente y de la tipología de texto.

¿Y cómo se posedita un texto sin pecar en la retraducción? Principalmente, con el texto delante nos tenemos que centrar en estos puntos a continuación:

  • Prestar atención a los errores gramaticales, ortográficos y ortotipográficos.
  • Prestar atención a la coherencia y cohesión del texto.
  • Tener en cuenta el estilo y la terminología del cliente. Este punto es muy importante, pues los errores más frecuentes de la traducción automática son terminológicos. Igualmente, debemos siempre seguir las instrucciones del cliente en cuanto al estilo y el uso de ciertos términos; como ya hemos comentado en otros artículos, la marca de nuestro cliente debe verse reflejada en el texto meta igual que se ve en el texto origen.
  • Usar el resultado de la traducción automática al máximo. Podemos aplicar la regla de los dos segundos por segmento para ser más ágiles, aunque depende siempre del resultado en bruto del traductor automático.
  • No usar sinónimos solo por fines estilísticos. Aquí, los traductores debemos meter en un cajón la subjetividad y ceñirnos a las expectativas del cliente.
  • Realizar una lectura completa tras la finalización de la posedición y, por supuesto, realizar un control de calidad lingüística.

Sin prisa, pero sin pausa

El objetivo de la posedición es ayudar a aumentar la productividad del traductor. Por eso es importante aplicar la regla de los dos segundos por segmento que mencionábamos antes para ganar en agilidad. Pero, esta regla hay que tratarla con cautela porque depende siempre del resultado en bruto de la traducción automática.

Se calcula que un traductor puede llegar a poseditar al día (jornada laboral de 8 horas) el doble de palabras que traduciría al día, como mínimo. Aun así, el esfuerzo cognitivo que implica es diferente, porque en una posedición hay más pausas entre segmentos que cuando se revisa o se traduce. Por lo tanto, la tarifa no será la misma… (pero de tarifas hablaremos un poquito más adelante…).

TIPOS DE POSEDICIÓN

No siempre poseditamos al mismo nivel de profundidad y debe quedar claro por parte del cliente a qué nivel quiere que poseditemos. Así, nos encontramos dos tipos de intervención en la posedición:

  1. Light post-editing: «rápida» o «suficientemente buena». En este tipo de intervención el objetivo es la inteligibilidad. Solamente tiene que ser correcto semántica y ortográficamente, se han de corregir los falsos amigos, las omisiones y/o las adiciones. Nada más. Aunque te suene como si lo dijese un indio de las películas de spaghetti western, se tiene que quedar así… El estilo pasa a un segundo (o tercero ¡e incluso cuarto!) plano. ¡Es lo que nos han pedido!
  2. Full post-editing: «posedición completa». Aquí sí podemos quitarle ese estilo de indio de película del oeste. En este tipo de intervención los cambios son más profundos, aunque el estilo suele sacrificarse. El texto debe ser correcto a nivel gramatical, sintáctico, semántico, ortográfico y ortotipográfico. Por supuesto, también debe tener coherencia.

¿Y QUÉ SE PUEDE POSEDITAR?

Aquí viene la parte en la que entran en juego los clientes. Siempre con su objetivo de llegar a más mercados, más rápidamente y ahorrando más, empiezan a pedir posediciones sin criterio ninguno y para cualquier tipo de texto. Es en este momento en el que los traductores debemos dejar bien claro que no todos los textos se pueden poseditar. No existe una tipología específica de textos que se pueden poseditar. Normalmente, son textos de carácter internacional o pertenecen a empresas del mundo de las nuevas tecnologías o de sectores técnico-industriales.

Lo importante a la hora de evaluar si un texto se puede poseditar es según el grado de creatividad que lo caracteriza, el cual debe ser bajo, o que no exista una jerga especial (como en el caso de las traducciones en ámbito jurídico).

Por ejemplo, un texto promocional o un anuncio publicitario no se podrían poseditar. Tampoco se podrían poseditar unos subtítulos. (Cito estos ejemplos concretos porque tanto a mí como a colegas de mis colegas les han llegado propuestas de posedición para esta tipología de textos…¡para echarse las manos a la cabeza!).

Igualmente, es importante que el cliente nos envíe tanto el texto origen, previamente corregido y sin erratas, como el texto ya traducido automáticamente. Es esencial que el texto a poseditar sea correcto gramaticalmente, sea coherente y que no incluya erratas o imprecisiones; de lo contrario el traductor automático no funcionará correctamente. También, el cliente debe definir qué nivel de intervención espera (light o full post-editing).

DERECHOS DEL TRADUCTOR

En primer lugar y por regla general, la tarifa de posedición suele estar entre un 45 % y un 80 % menos con respecto a la tarifa de traducción. Nunca se debería cobrar como una revisión.

Aun así, lo que sale más rentable (y yo también lo comparto) es cobrar una tarifa horaria.

Como hemos dicho anteriormente, las pausas entre segmentos son más largas cuando poseditamos. No es tanto cuántas palabras poseditamos por minuto, sino más bien el tiempo que tenemos que dedicar a «limpiar» el resultado del traductor automático.

Por eso, tanto para el cliente como para el traductor es más rentable cobrarlo por horas; en una hora poseditamos más palabra de las que traducimos.

Para saber cuál es nuestra capacidad productiva y decidir nuestra tarifa horaria, existen herramientas de productividad para medir el tiempo, por ejemplo, Clockify (la que yo uso). Además, de este modo, podemos dar constancia al cliente de cuántas horas hemos dedicado al proyecto.

La realidad es que es un tipo de encargo que cada vez se solicita más porque es más rentable para el cliente y recibe las traducciones en menos tiempo. Eso no significa que TODO se pueda poseditar y esto los clientes deben tenerlo muy presente.

Como traductores, tenemos el derecho de explicarles cuándo un texto no se puede poseditar, ya sea porque el texto origen está mal escrito o porque la naturaleza del texto es demasiado creativa o específica.

Poseditar hoy en día

Nosotros, traductores, debemos tener en cuenta que poseditar es una tarea laboriosa. Por eso, no hay que dejar de lado el uso de una buena herramienta de traducción automática, para que nos ayude a reducir el esfuerzo y el tiempo empleado, así como una herramienta de medición del tiempo para evaluar nuestra productividad. De este modo, entenderemos cómo nos puede salir más rentable.

Independientemente de las bromas que hacemos en nuestro día a día sobre los traductores automáticos, no nos tomemos la traducción automática como nuestra enemiga, sino como nuestra aliada; complementa nuestra formación, pues nos ayuda a afinar nuestra atención en los detalles y nos hace ser conscientes de cómo la tecnología está influyendo en nuestras vidas. 

Espero que después de haber leído este artículo seas más consciente de lo que significa la posedición y te resulte alentador saber que los traductores humanos nunca desaparecerán.

No importa cuánto avance la inteligencia artificial, los traductores siempre estaremos ahí para darle el sentido que el cliente busca.

Si necesitas servicios de posedición, ¡yo puedo ayudarte! Echa un vistazo a mi sitio web para descubrir todo lo que puedo hacer por ti.

Por Yaiza Cañizares

Soy Yaiza Cañizares, traductora-transcreadora de inglés e italiano hacia el español y profesora de español para extranjeros. Como traductora, estoy especializada en traducción publicitaria y marketing, donde he contribuido a la internacionalización de la actividad e-commerce para marcas de moda de lujo y para uno de los marketplace de más renombre, y en localización de páginas web, donde he tenido la oportunidad de localizar sitios web en español para agencias de marketing en crecimiento, así como para marcas de moda y calzado. También, me especializo en localización de software y aplicaciones para móviles. Mi propósito no es solo traducir tus palabras, sino también hacer llegar lejos tu mensaje, y con ello, poder difundir el conocimiento sirviéndome de mi profesionalidad, entrega, compromiso y creatividad.

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